lunes, 5 de abril de 2010

Inciso 3

Me cuenta Ángeles que Antonio López ha dicho en una entrevista reciente que lo que le inspira no es el centro de Madrid, sino la parte de la ciudad que toca con el "campo". Lo entrecomillo porque Madrid no colinda ya con el campo, sino con las carreteras. A pesar de esta objeción, si me preguntaran creo que diría lo mismo que el insigne pintor.

Esto es parte de lo que estoy escribiendo ahora:

"Mi situación económica no era buena. Había tenido que cambiar mi apartamento de Tirso por otro en Aluche, en lo alto de una cuesta en la que había un gran solar. Me habían dicho que aquel era el cerro desde el que Antonio López había pintado una de sus vistas de Madrid, pero lo único que encontré en mi búsqueda internauta fue un paisaje desde Vallecas y otro que rezaba “Madrid sur”, que no coincidía con lo que yo veía por la ventana. No obstante se le parecía mucho, sobre todo al subir del asfalto y de los tubos de escape esa nube cenicienta y achicharrante que se mezclaba con la luz del verano, y cuando iba a la terraza a tender la colada lo hacía con la convicción de que aquel era el punto exacto desde el que se desplegaba el sur de Madrid. Trabajaba en el salón de la casa, frente al océano de edificios de ladrillo rojo y encima del solar en cuyos mazacotes de tierra crecían jaramagos de un extraño amarillo, y todos los lunes llegaba a la séptima planta del Grupo Editorial para entregar los libros que corregía."

Por cierto, la cabecera de este blog está sacada de un cuadro de Antonio López: Vallecas desde el cerro del tío Pío (1980):


3 comentarios:

  1. Aquello que caía de las Vistillas parecía campo, ¿te acuerdas?, o al menos lo parecía cuando nosotros estábamos dentro del bar.

    Es todo un provilegio ese pequeño extracto que nos muestras.

    Besos!!!

    (Vernos ya.)

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  2. Mi idea de campo es muy de (mi) pueblo: se extiende por el horizonte, sin que se me cuele el paseo de Extremadura... Aunque la parte de Casa de Campo que se ve sí me parece campo.

    Vernos pero ya.

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  3. Sin duda, miradas como la tuya y la de Antonio López embellecen los paisajes de la periferia.
    Un beso.
    Charo.

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